Columna

Cómo hacer equipos efectivos: Tres herramientas clave que necesitas poner en práctica

El secreto de crecer es tan sencillo como darle la mano a la mujer que va delante de nosotras abriendo brecha y con nuestra otra mano sostener e impulsar a quien viene detrás.
viernes, 24 de junio de 2022 · 18:59

Si llegaste a este artículo seguro tú y yo tenemos muchas más cosas en común de las que te imaginas: somos resilientes, tenemos objetivos claros, nos hemos atrevido, somos fuertes y queremos destacar.

Efectivamente, todo lo que imagines es posible si logras consolidarlo a través de trabajo y disciplina. Esos sueños se materializarán si te mantienes enfocada y, sobre todo, si logras dominar el arte de hacer equipo y trabajar en ellos.

Y es que claro que se trata de avanzar, pero para trascender y lograr cambios significativos en ti y en la comunidad que te rodea, también necesitarás poner en práctica tres herramientas con las que llegarás a tus metas impulsando a otras mujeres como tú.

1. Termómetro auditivo. Necesitas estar al tanto de lo que está sucediendo a tu alrededor, estar alerta y empática. Escuchar con la intención no sólo de conocer, sino también de capturar la vibración en la que están las personas cercanas a ti y abrirte a una sana retroalimentación que te invite a corregir y a dar seguimiento a esas buenas prácticas que tienes y que definen tu trabajo.

Un ejemplo es mi “código rojo”, el cual comparto con mi equipo y red de apoyo cuando necesito hacer equipo para que me escuchen. El sólo hecho de platicar lo que tienes en mente puede ayudarte a obtener tus propias respuestas y, claro está, acompañarlas con los sabios consejos de la gente que está cerca de ti.

2. Efecto espejo. No hay nada mejor como reconocer en otra mujer lo que tú eres y lo que tú tienes. Esta herramienta es imprescindible si quieres construir equipos efectivos, ya que logras reconocer desde la admiración, aplaudir los talentos, ver las virtudes antes que los defectos y, por encima de todo, ser parte del éxito en las demás personas.

Ser una mujer que impulsa es clave para darle valor a tu liderazgo, además de que con un reconocimiento constante lograrás que todo tu equipo esté presente contigo. Siempre encontrarás ánimo, motivación y razones para levantarte y darlo todo por ti y por tu comunidad.

3. Diversificar tu tribu. Las mujeres por naturaleza somos celosas, pero también somos seres transformadores. Juntar a tus amigas que tengan (o no) intereses en común puede desatar una ola de redes de apoyo y vinculación que nacerán de ti y del propósito de ser un agente de cambio. Lo interesante sucede cuando te atreves a mezclar amistades o equipos, porque no te imaginas las oportunidades que pueden surgir a través de esas nuevas relaciones.

Por supuesto que la vinculación debes hacerla con intención. Una vez que logres salir de tu zona te encontrarás con que los equipos efectivos mitigan tus defectos, mientras que tus virtudes se potencian de inmediato. Cuando a ti te toque brillar, tu equipo también lo hará y viceversa.

Lo mejor es que tan sólo hace falta que saquemos ventaja de nuestra esencia como mujeres. Los ambientes corporativos están perdiendo verticalidad para mostrar mayor horizontalidad; eso quiere decir que las mismas organizaciones están buscando los talentos de los cuales rehuimos para consolidar equipos trascendentales.

Hacer equipo involucra dominar que no necesitas hacer todo sola, sino que, por el contrario, necesitas acompañarte de mujeres que, como tú, consoliden su propósito hacia entornos transformadores en forma y fondo.

Recuerda: usa una de tus manos para tomar la mano de quien va frente a ti, dejando el ego y el “qué dirán” de lado; y usa la otra para impulsar a la mujer que viene tras de ti, con sueños, aspiraciones y muchas ganas de que sus objetivos también se cumplan.

Entre todas podemos y juntas seremos mejores. 

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